...Nos alegra el trabajo realizado durante este año y queremos compartirlo con todas las personas que desde distintos lugares y de diferentes maneras, contribuyeron para que fuera posible.
Queremos promover el cambio hacia un mejor control al ejercicio del poder, para favorecer el bien común y la construcción de paz.
Pensar en los retos que tiene la ciudad con los territorios populares autoconstruidos es empezar a ocuparse del mejoramiento de la calidad de vida de quienes más lo necesitan.
...es nuestra tarea informarnos, contrastar propuestas, verificar la experiencia, analizar los apoyos políticos y económicos que acompañan cada candidatura, exigir respuestas estructuradas y realistas a las problemáticas más graves de nuestros territorios, y validar programas, proyectos y políticas que realmente respondan a las necesidades de los municipios.
Deberíamos desde la sociedad civil, con un gran liderazgo de las ONGs, convocar a un pacto regional, ojalá nacional, contra el crimen organizado. Un acuerdo de supervivencia como sociedad, por el respeto a la vida y a la diferencia, y por la integración social.
La defensa de la paz como el más público de los derechos nos lleva a convocar y acercamos a personas de todos los sectores, pero con el objetivo común de la construcción de paz, que se logra a través del reconocimiento, el respeto y la valoración de la diversidad enorme de posiciones, identidades y culturas con la que tenemos el privilegio de contar en Colombia.
La lista de motivos para el escepticismo y la desesperanza, es interminable y realmente aplastante. ¿Cómo no sucumbir ni permitir que el país y sobre todo, las conquistas democráticas y la paz, se nos escurra entre las manos? ¿Qué hacer ante esto?
En Colombia se vive un moderado optimismo con respecto a un posible acuerdo de paz entre el Gobierno nacional y las dos organizaciones guerrilleras que actúan en el país. Aunque es evidente que el desarrollo del proceso con las FARC es mucho mayor comparado con los acercamientos exploratorios con el ELN, se espera que se logre establecer una mesa de diálogo también con esta organización, que el país logre finalmente superar casi cinco décadas de confrontación armada y que este proceso se convierta en una oportunidad para avanzar en la construcción de una nación democrática y en paz.
En nuestro anterior editorial propusimos seis componentes que, a nuestro modo de ver, serían indispensables desde la perspectiva de un enfoque territorial de paz. Estos son: 1. Atención integral de víctimas; 2. Acciones de pedagogía y cultura de paz; 3. Reintegración y reconciliación; 4. Garantías de No Repetición; 5. Instancias de participación ciudadana; y 6. Medidas de anticorrupción y transparencia.
Los planes de desarrollo municipales que se construyen en la actualidad tienen un reto histórico: posibilitar el tránsito hacia la construcción de la paz desde los territorios. Para lograrlo, es fundamental no sólo el reconocimiento de las personas víctimas del conflicto armado, pues es necesario que el accionar institucional se enfoque hacia la garantía del goce efectivo de sus derechos. Esto es aún más prioritario en Medellín si se considera que en la ciudad hay 575.000 víctimas del conflicto armado, según el Registro Único de Víctimas (RUV).