Por: Amparo Sánchez, coordinadora Programa Derecho a la Ciudad y al Territorio
Tan conmovida como cuando viajo por otras tierras y siento que se me amplía el mundo y por supuesto no lo puedo callar, ahora también vengo de un viaje, partí de la ignorancia al conocimiento de lo siempre cercano y sin embargo poco visto.
Aún, me asombra lo que apenas aprendí, y lo comprendí ese día: Que la discapacidad es resultado de la interacción entre la deficiencia de una persona y los obstáculos tales como barreras físicas y actitudes imperantes, que impiden su plena participación en la sociedad. ¡Cuanto más obstáculos existan, más discapacitada se vuelve a una persona¡ Los maestros de este día; miembros del movimiento social Fuerza Incluyente, además de Genisa Prats1 (Catalunya) y María Gabriela (Buenos Aires), sus testimonios directos y las alusiones al estudio de Textos corporales de la crueldad (CNMH, 2014), que posa sobre las huellas de la guerra padecida en Colombia, así como la certeza de la proximidad en cada cuerpo propio de la vivencia con discapacidad por enfermedad, lesiones físicas o envejecimiento, descorre el velo para advertir el mundo de los cuidadores, nunca nombrado así en lo cotidiano. Estos son quienes comparten en la sombra el día a día sin poder salir, privados del disfrute de los bienes y maravillas de la ciudad, miedo e imposibilidad por las barreras de todo tipo, agudizadas cuando de por medio está la pobreza, a su vez agudizada cuando dos integrantes de la familia no participan de la vida laboral.
La conciencia colectiva, y la solidaridad en algunas partes del mundo, así como la responsabilidad del Estado en algunos casos, ha llevado a integrar programas facilitadores de "respiro" a la familia o cuidadores. Nosotros, comúnmente desconocemos siquiera la existencia del vecino a quien podríamos colaborar para que baje la escalera, para que vaya al parque, para que salga a encontrarse con el sol...
¿Quién sabe que en el quinto piso, un vecino quisiera, pero no puede salir? En la vida cotidiana nuestra o mía por lo menos, el interés cada día está en el lugar de llegada, ¿A dónde voy? Pero, para las personas con discapacidad el problema está en ¿Cómo llegar? ¿Cuántos obstáculos y cuantos riesgos en el trayecto? Y entonces, aparece tan claro como el agua, que no es la persona quien debe adaptarse a la ciudad, al contrario, es imperativo construir rbanismo y ciudad adaptada a las personas con discapacidad, y más aún, con diseños universales para todas y todos. Una estudiante de biomédica y participante del proyecto Derecho a la ciudad y al territorio, quien compartía el sábado con nosotros, aprenderá diseño de prótesis, pero apenas se encontró este día con la humanidad del tema y también por eso, en un encuentro al día siguiente dijo: Desde ayer "Nos cambió el observador" así como lo dijo Gabriela, cuando relató que su observador cambió a partir del accidente de su hijo.
También nos pasó que vimos más claramente el poder de la noción del Derecho a la ciudad, y sentimos su fuerza simbólica y maravilloso carácter colectivo e integrador; nos conectó con el sentido de la accesibilidad, componente vital en el espacio, y nos conduce a la acción por una ciudad incluyente para todas y todos. ¿Por qué una ceguera tan prolongada para ciertos aspectos? Una pregunta sin clara respuesta, pero en uso del nuevo observador, un observador más inclusivo, este 10 de agosto a las 11 de la mañana, sobre la avenida Junín, entre Caracas y Maracaibo, un acto de reconocimiento al restaurante Versalles de Medellín, de parte de Fuerza Incluyente y Corporación Región, por sus acciones afirmativas por un comercio y una ciudad incluyente, siembre una semilla de confianza en la generación de una ciudad sin barreras en la que se facilite el acceso y disfrute de bienes y servicios de manera autónoma, segura y cómoda.
1Profesional de la Fundación para el Desarrollo Comunitario en Barcelona-España. Responsable del proyecto Medellín Ciudad Accesible, en coordinación con la Corporación Región y el colectivo de población don discapacidad Fuerza Incluyente.