Según el informe del Secretario General de Naciones Unidas publicado el pasado 26 de diciembre de 2018, los beneficios de la paz son irrefutables. Después de más de cinco décadas de lucha, los insurgentes han cambiado la violencia por la política; hoy muchos se esfuerzan de forma admirable por encontrar su nuevo sitio en la sociedad.
La lista de motivos para el escepticismo y la desesperanza, es interminable y realmente aplastante. ¿Cómo no sucumbir ni permitir que el país y sobre todo, las conquistas democráticas y la paz, se nos escurra entre las manos? ¿Qué hacer ante esto?
Esta novena por la paz que se presenta es una posibilidad para quienes participan a sentirse implicados en la construcción de la convivencia, la paz y la reconciliación; para reconocer el valor y la dignidad de nuestras vidas, la de los demás y la de todos los seres que habitan la casa común; como valor fundamental de nuestra convivencia en sociedad.
Lo que esperamos y requerimos como ciudadanía, ante el poder de los armados, es que el Estado nos proteja. En eso consiste un Estado Social de Derecho: en proveer a la ciudadanía la protección y la seguridad que ella, por sí sola, no puede darse.
“Raíces” apenas inicia como red, pero desde ahora asume la tarea de ser la protectora, cuidadora y guía, al igual que la continuadora y reproductora de la labor que desde el proyecto “Quibdó, Municipio seguro para niños, niñas y adolescentes” venimos desempeñando con Unicef y Corporación Región para construir una cultura de paz en Quibdó.
Gracias a todas esas experiencias con la comunidad las iniciativas expresan que han recuperado el respeto, han aprendido a convivir, a estar en grupo, a tratar con el otro, ser buenos compañeros y que en unión pueden lograr grandes cambios; el mostrarse ha hecho que los reconozcan por sus buenas prácticas y enseñanzas.
El saliente director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Gonzalo Sánchez, espera que la Presidencia escoja para sucederlo a una persona que garantice la continuidad de lo realizado en más de una década de trabajo y respete las normas que rigen a la entidad.
Las nominaciones a la dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica, en remplazo de Gonzalo Sánchez, dan cuenta de que la memoria es, para un sector de la sociedad, un nuevo campo de batalla. Postular personas sin idoneidad académica, con ánimos revanchistas que desconozcan el valor de lo construido, es hoy una amenaza real.