Por: Daniela Gómez Tamayo para Corporación Región.
En una época en la que líderes de la política nacional e internacional se niegan a reconocer la importancia que tiene el cambio climático y las consecuencias que hay si no se asumen los protocolos decretados por los organismos multilaterales, los lazos colectivos dentro de la comunidad y su sentido de pertenencia por el medio ambiente se convierten en una acción de resistencia y de solidaridad por el derecho a la ciudad, porque si los líderes mundiales no actúan, las comunidades desde lo local, sí.
Así inicia la historia del parque ecológico El Pomal, ubicado en el barrio San Francisco del municipio de Itagüí1 , el cual se vio afectado por la expansión urbanística que se comenzó a gestar desde 1975 en el que fincas se convirtieron en barrios o urbanizaciones tales como, la Finca Don Ricardo Correa, hoy el barrio Triana o, la Finca Don Juan Echavarría, ahora el barrio Limonar.
En este crecimiento de la población, el interés privado de constructoras y los permisos otorgados por las administraciones municipales, permitieron que de las cinco hectáreas que tenía El Pomal se pavimentaran tres. Adicional, el Parque perdió un valor ecológico, pues se dejaron de ver animales como los patos y las ardillas para convertirse en el escombrero de Itagüí.
Al evidenciar el cambio paisajístico y ecológico que tuvo el barrio, en 1998, el consejo comunitario que emprendieron varios líderes de San Francisco motivados por la iniciativa de Carlos Mario Córdoba, lograron rescatar el Parque por medio de una sembratón. “Él y un grupo de amigos comenzaron a organizar el Parque, a sembrar árboles y plantas con frutas”, cuenta Leonia, artista del barrio, quien ha vivido desde pequeña la transformación de El Pomal, desde sus cinco hectáreas donde cogía moras, guayabas y otros frutos, pasando por el basurero y pantanero, hasta el Parque que se vive y se disfruta hoy.
Y es que mencionar el Parque significa para su comunidad hablar sobre la vida, el medio ambiente, la unión y la recreación de todos. En sus 20 años El Pomal ha albergado encuentros sociales como sancochos comunitarios, aeróbicos para personas del barrio, recorridos de las mascotas con sus dueños, talleres de memoria, conversaciones entre vecinos y, cómo no, los eventos que ha realizado la Junta de Acción Comunal, para seguir trabajando en el sentido de pertenencia y la apropiación del espacio público, que en este caso, es un espacio de vida.
Pero conservar 20 años el parque ecológico no ha sido fácil, por ello el barrio San Francisco decidió realizar, el pasado 25 de noviembre, una fiesta para conmemorar a esas personas que dieron los primeros pasos para cuidar este pulmón verde de dos hectáreas que, aunque no se compara en extensión con los grandes parques ecológicos del mundo, sí se convierte en un lugar de gran valor para los habitantes del municipio de Itagüí, que, cada vez más, viven una desbordada expansión urbanística.
En este evento, el sub- secretario de Medio Ambiente de Itagüí, Arturo Guarín, felicitó la comunidad por sus acciones y logros, pues “de los pocos espacios sociales que hay en el sur se deben al trabajo de las Juntas de Acción Comunal”. Por esto, Carlos Mario Córdoba siempre recalca cuando le dicen que el Parque se lo deben a él, que hacer grandes cambios requiere del apoyo de toda una comunidad.
Esta historia se parece un poco a la iniciativa de Liam, el personaje principal del cuento El Jardín Curioso de Peter Brown, que narra la transformación de una ciudad gracias al impulso y esfuerzo de un niño que decide hacer de jardinero en las antiguas vías de un ferrocarril abandonado. Un niño que se propone cuidar unas pequeñas plantas muertas atosigadas de la contaminación y el paisaje del cemento. Ese pequeño esfuerzo generó una transformación, no solo visual, sino hasta la conciencia de sus pobladores.
Asimismo se puede contar la historia del barrio San Francisco, en donde transformaron el basurero en, como lo llama Carlos Mario, “un oasis en medio del pavimento, porque el Parque guarda un tesoro, un manantial que abasteció de agua a los primeros pobladores del barrio”.
*Desde el año 2014, la Junta de Acción Comunal del barrio San Francisco del municipio de Itagüí, asumió la bandera de protección del parque ecológico El Pomal, por su importancia ambiental y paisajística, por la oferta de servicios ambientales, entre ellas la recreación pasiva, la regulación climática y de manejo de aguas, la depuración de fuentes contaminantes, entre otras. Esta es la mejor representación del Derecho a la Ciudad, una comunidad que participa para defender lo público.
1 Itagüí es un municipio de Colombia que está ubicado en el sur del Valle de Aburrá en el departamento de Antioquia. Limita con Medellín, Envigado, Sabaneta y La Estrella.