Opinión

Martes, 20 Abril 2021 15:26

Editorial. Rendir cuentas: Parte de nuestra identidad

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Editorial. Rendir cuentas: Parte de nuestra identidad Foto de archivo

La transparencia y la promoción del control social de los bienes públicos, están entre nuestros valores, no solo para exigirlos a otros, sino también, para aplicarlos en nuestra organización; por eso cada año presentamos nuestro Balance Social y lo acompañamos de estrategias comunicativas que faciliten una amplia comprensión de nuestra actuación institucional.

En Región tenemos la convicción de que las organizaciones de la sociedad civil, debemos rendir cuentas públicas de lo que hacemos, cómo, con quién, con qué recursos y qué resultados conseguimos con nuestra acción. La transparencia y la promoción del control social de los bienes públicos, están entre nuestros valores, no solo para exigirlos a otros, sino también, para aplicarlos en nuestra organización; por eso cada año presentamos nuestro Balance Social y lo acompañamos de estrategias comunicativas que faciliten una amplia comprensión de nuestra actuación institucional.

En esta oportunidad queremos aprovechar la presentación del Balance 2020, para reflexionar sobre tres aspectos claves implicados en el ejercicio de la rendición de cuentas: la responsabilidad colectiva, la autoevaluación, y la dimensión ético - moral.

Lo primero que queremos destacar es que hemos comprendido que este no puede ser un esfuerzo solitario, por el contrario, debe responder a un empeño colectivo de todo el sector social, basado en la certeza de los beneficios que nos genera a todas las organizaciones. En ese sentido, además de estar comprometidos con nuestra propia rendición de cuentas, hemos contribuido con las rendiciones colectivas de la Federación Antioqueña y la Confederación Colombiana de ONG y, en distintos momentos de nuestra historia, nos vinculamos a procesos de promoción de la Transparencia liderados por la Red Latinoamericana Rendir Cuentas, la Red de ONG por la Transparencia en Colombia (ONGxT) y la Corporación Transparencia Por Colombia. Desde todos estos escenarios, respaldamos la inclusión del Quinto de los Principios de Estambul, precisando que “las OSC son actores eficaces de desarrollo cuando demuestran un compromiso institucional sostenido con la transparencia, la rendición de cuentas a múltiples actores, y la integridad en su funcionamiento interno”. En esa misma línea, en la Política de Transparencia construida como gremio, planteamos: “Somos conscientes de que el deber ser de la transparencia pasa por nosotros mismos y se concreta en la exigencia de ser claros públicamente”.

En segundo lugar, reconocemos que como organizaciones sociales no estamos exentas de equivocaciones, de ahí que como señala dicha política, “la evaluación permanente de lo que hacemos es un valor que incorporamos al trabajo cotidiano”, pero la evaluación por sí sola no basta, es necesario que sea conocida por quienes tienen derecho a recibir información oportuna y confiable y además, por personas y organizaciones interesadas en lo que hacemos: destinatarias, aliadas y financiadoras de nuestros proyectos; todo ello implica construir herramientas y sistemas de información que nos permitan monitorear y mejorar nuestra gestión, y de paso, mantener los hilos de la confianza con quienes hemos tejido vínculos.

La tercera y última dimensión que subyace a los ejercicios de rendición de cuentas es la ético-moral. La querida y recordada Beatriz Restrepo, ex socia de Región y quien tanto aportó a consolidar nuestro pensamiento como sector, en la región y el país, nos dejó algunas lecciones que no perdemos de vista en nuestro actuar. Nuestro talante moral, nos decía ella, se evidencia en la incorporación de las normas y valores que nos fundamentan y en la presencia que dicha moral tiene en ellos, así como en la autorregulación de la membresía y en la existencia de mecanismos que garanticen prácticas y conductas saludables, en las organizaciones. La ética, nos señalaba Beatriz, está en nuestra capacidad de confrontar y evaluar la congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos, en nuestro interés por la reflexión moral en el quehacer y en la decisión de mantener espacios de diálogo y formación ético-moral entre quienes pertenecemos a estas organizaciones.

Colombia es un país con un ambiente hostil para la actuación de las organizaciones de la sociedad civil, donde a menudo se presentan circunstancias particulares que nos obligan a tener siempre a la mano toda la información que da cuenta de lo que somos y hacemos. Actualmente podemos hablar por lo menos de dos de esas circunstancias que amenazan nuestra integridad jurídica y material. Por un lado, las acciones violentas, un asunto ya enraizado entre quienes ven bajo sospecha el mero acto de organizarse. Y, recientemente, se suma el que puede considerarse un verdadero exabrupto moral y jurídico: quien decide si una acción es meritoria del calificativo sin ánimo de lucro es el ente gubernamental encargado de cobrar impuestos (DIAN) y no quienes realmente saben del tema, es decir, los encargados del cuidado de los derechos y libertades de la ciudadanía.

El caballito de batalla para haber llegado hasta aquí parte de un hecho lamentablemente demostrable: la figura jurídica ‘entidad sin ánimo de lucro’ ha sido utilizada por toda clase de redes ilegales para distintos fines: desviar fondos públicos, canalizar recursos de distinta proveniencia hacia grupos armados ilegales, para que algunas empresas privadas evadan impuestos y oculten capitales o para “lavar” dineros procedentes de industrias ilegales, especialmente del narcotráfico. Todo esto hace que la transparencia en nuestro actuar sea un asunto cada vez más relevante. Los balances, informes y demás documentos e instrumentos que dan cuenta de la labor que desarrollamos deben cumplir con todos los criterios técnicos, legales y éticos para acreditar la idoneidad de nuestras organizaciones. Somos nosotras las más interesadas en diferenciarnos claramente de las entidades de fachada, y para conseguirlo se requiere que cada vez más se fortalezca una masa crítica de OSC que entiendan y asuman la transparencia y la rendición de cuentas como constitutivas de su identidad corporativa.

El Balance Social que hoy compartimos e invitamos a leer da cuenta del espíritu con el que hemos trabajado en un año como el 2020, completamente excepcional para la humanidad. En este periodo la vida misma de Región, como la de muchas otras organizaciones, estuvo en vilo. Gracias al esfuerzo decidido y creativo del equipo de trabajo, el acompañamiento de la Junta Directiva, el grupo de socias y socios, el respaldo de entidades financiadoras y aliadas y la confianza de todas las personas, comunidades y organizaciones con quienes realizamos nuestra misión, logramos mantener la Corporación abierta, activa y vigente.

Les invitamos a leer, descargar y compartir nuestro balance