Opinión

Lunes, 03 Agosto 2015 08:01

Lunes de Ciudad: la política en la calle

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Dos asuntos fundamentales para la vida pública y política de la ciudad y el país nos ocupan este año: elecciones locales y proceso de paz. Y ambos temas no pueden entenderse de manera aislada, pues las negociaciones que hoy se adelantan en La Habana necesitarán voluntades políticas para su implementación en el ámbito territorial.

En esta coyuntura hemos movilizado diversas inciativas que, en conjunto, dinamizan la acción institucional a favor de la construcción de una cultura de Paz: Ciudadanía para la Paz, un proyecto para la formación de actores y la construcción de agendas de paz territoriales, con miras a la refrendación de los acuerdos; en compañía diversas instituciones dimos inicio a ¡Medellín Basta Ya!, elaboraremos un informe de memoria histórica sobre el conflicto armado y las violencias que cuente qué pasó y por qué pasó; desarrollamos una consulta sobre Garantías de No Repetición para la ciudad Medellín, identificando causas y daños del conflicto armado y dimos inicio a la escuela itinerante Creando Paz, un proceso formativo, especialmente, en mediación de conflictos de comunitarios.

Consideramos esencial que cada una de las acciones encaminadas hacia la consecución de una cultura de paz tengan incidencia social y política y que salgan de nuestros espacios de estudio hacia otros ámbitos públicos y de interacción social. Los mecanismos pedagógicos y comunicativos, que en nuestro quehacer van de la mano, nos han llevado a extender estos discursos a la calle, a las nuevas formas de expresión digital y a los escenarios públicos cotidianos.

A propósito de salir a la calle, hemos encontrado en los Lunes de Ciudad, iniciativa del Teatro Pablo Tobón Uribe y La Ciudad Verde, un escenario propicio para el debate público y ciudadano. Gracias al esfuerzo conjunto logramos un diálogo con los seis candidatos a la Alcaldía de Medellín, nos acercamos, a sus propuestas y a sus líneas de pensamiento, y sus posturas sobre los que consideramos asuntos apremiantes para la vida local: paz y convivencia, equidad y desarrollo urbano, educación y cultura, territorio, movilidad y el centro de la ciudad.
Durante estos meses la plazoleta del Teatro Pablo Tobón Uribe se convirtió en una verdadera ágora. La disposición de los candidatos a hablar de estos temas en un espacio inusual: la calle, la actitud atenta y respetuosa del público, las preguntas responsables e informadas que se les hicieron son una muestra de que podemos devolver a la política y al debate electoral su esencia: el debate público y ciudadano. Analizar las propuestas, profundizar en el sentido de las ideas allí expuestas, incluso de develar sus debilidades y contradicciones es la tarea que sigue y de ella debemos hacernos cargo. En este sentido seguiremos nuestra labor.
Las elecciones del próximo 25 de octubre son, tal vez, unas de la más importantes de los últimos años en Colombia, no sólo porque se trate de la composición o recomposición del panorama político de cara a las presidenciales de 2018, sino porque los eventuales acuerdos de paz requerirán decisiones y voluntades territoriales de los mandatarios locales y regionales, determinantes para un proceso de posconflicto que realmente logre las transformaciones necesarias, transformar las causas estructurales que ocasionaron la guerra, el reconocimiento y esclarecimiento de los daños y las pérdidas, la reparación integral a las víctimas y la adopción de medidas que permitan garantizar que lo que sucedió no se vuelva a repetir.
También está en juego, por supuesto, el proyecto de ciudad al que queremos apostar. Como todos sabemos, Medellín ha sufrido transformaciones significativas en lo urbanístico y lo social, ha logrado una importante proyección internacional y, cada vez más, es una ciudad que sirve como referente en muchos temas. Pero sigue siendo una ciudad profundamente inequitativa, con prácticas de exclusión y discriminación, con enormes obstáculos para que todos sus habitantes puedan tener una vida buena. Por eso, el reto de construir una ciudad democrática, incluyente, equitativa, solidaria, garante de los derechos, respetuosa y cuidadora con el medio ambiente, entre otras, sigue siendo una consigna vigente. Es aquí donde cobra sentido el horizonte de una paz territorial
Paz y elecciones son hoy los grandes temas en los que el papel y el talante de una ciudadanía democrática se pondrán en juego. Para esto necesitamos hacer de estos temas un asunto cotidiano, del interés de todas y todas. Llevar la política a la calle, ojalá, muchos lunes ciudad.