En 1989 comenzó un sueño: Región. Y ese sueño se ha convertido en un relato colectivo, en una historia que ha dejado huella en la ciudad y en las personas que lo han hecho posible. Nuestra historia nació con el impulso de 19 personas, hombres y mujeres que anhelaban habitar otra realidad. Y ha ido creciendo durante 30 años, tocando la vida de quienes se han comprometido con la construcción de una sociedad más democrática y en paz.
Creo que otra ciudad es posible, por ello escribo para recordar que, escuchar al Movimiento social de derechos humanos de Medellín, es una exigencia ineludible para cualquiera que llegue a gobernarla.
Hemos querido aportar al diálogo ciudadano algunos de los retos que enfrentan Medellín y Antioquia, de cara a las elecciones del próximo 27 de octubre, a través de una serie de columnas en diversos temas, los cuales consideramos importantes a la hora de decidir nuestro voto.
De plano es importante reconocer que nuestro principal desafío educativo no está, como se cree, en mejorar los puntajes de las pruebas estandarizadas. No podemos confundir los fines con los medios; la forma de medir el logro no puede ser el eje estructurante de una apuesta educativa, que como sociedad debemos construir.
A pesar de representar el 53% de la población, siguen siendo tratadas como ciudadanas de segunda categoría, pues no se logra reducir la brecha en el acceso al empleo, a educación superior, o a espacios de decisión, pero además, siguen siendo las principales víctimas de la violencia intrafamiliar y sexual.
El fortalecimiento de la gestión pública es una preocupación creciente en Colombia tanto desde la lógica de las competencias y las obligaciones normativas definidas, como en función de los desafíos emergentes con la redensificación urbana, el desplazamiento del campo a la ciudad y el contexto cambiante en la construcción de paz.
La evidencia demuestra que el logro en torno a implementar las políticas necesarias para una verdadera transformación, no ha sido ni tan sistemático ni tan profundo y estructural; cabe preguntar, ¿por qué Medellín sigue siendo unas de las ciudades mas inequitativas, desiguales y excluyentes?
La desigualdad es el mayor reto de nuestra sociedad. Los resultados del índice multidimensional de condiciones de vida para las 16 Comunas y los cinco corregimientos, además de las diferencias en el ingreso, incluye otras catorce dimensiones sociales y ambientales, y aunque los contrastes entre Comunas son más marcados que entre los Corregimientos, se observa que éstos están en desventaja frente a las condiciones de vida promedio de las Comunas.
Mientras la contienda electoral por la oficina del piso 12 toma fuerza, formando un tsunami de caras y colores que inunda postes, vallas, vehículos y pasacalles en cada rincón de la ciudad, algunos ciudadanos intentamos ver más allá de los clichés proselitistas para llamar la atención sobre los muchos retos ambientales que afronta este territorio.
Estamos ante una realidad pasmosa que representa enormes peligros: hoy se lanzan a las corporaciones públicas quienes tienen dicha aspiración como una meta personal y poseen además, los recursos económicos para ello. ¡Grave!