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Miércoles, 02 Octubre 2019 15:38

Mujeres de Medellín: ¿ciudadanas de segunda categoría?

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A pesar de representar el 53% de la población, siguen siendo tratadas como ciudadanas de segunda categoría, pues no se logra reducir la brecha en el acceso al empleo, a educación superior, o a espacios de decisión, pero además, siguen siendo las principales víctimas de la violencia intrafamiliar y sexual.

Son muchas las ganancias de la movilización social por los derechos de las mujeres en las últimas décadas en Colombia, entre ellas las jurídicas: la Ley 294 de 1996, la Ley 360 de 1997, la ley 1257 de 2008. También está la Sentencia C-355 de 2006, el Decreto 164 de 2010, la Ley 1719 de 2014, y la Ley 1761 de 2015, entre otras.

A todos estos logros en el campo jurídico se han sumado los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que en su objetivo número cinco obliga a los Estados firmantes a trabajar por la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas (objetivo 5) En el caso de Medellín mediante Acuerdo 01 de 2007 se crea la Secretaría de las Mujeres. Producto de estos cambios, y de la movilización social por los derechos de las mujeres se logra también la Política Pública para las mujeres urbanas y rurales de la ciudad creada mediante Acuerdo 22 de 2003, pero derogada y creada nuevamente en 2018. Dentro de sus objetivos la política contempla seis dimensiones que orientarán su ejecución: la garantía de los derechos económicos, de la salud sexual y reproductiva, de la educación igualitaria, del derecho a la participación en distintos ámbitos de la vida social, económica, cultural y política, así como la garantía de brindar seguridad a las mujeres, y finalmente, incorpora el tema del reconocimiento de iniciativas de paz territorial con enfoque de género.

A pesar de que sus dimensiones abarcan temas de gran importancia en la búsqueda de garantizar la ciudadanía plena para las mujeres, siguen existiendo retos inmensos para su aplicación ante resultados que muestran que a pesar de representar el 53% de la población, siguen siendo tratadas como ciudadanas de segunda categoría, pues no se logra reducir la brecha en el acceso al empleo, a educación superior, o a espacios de decisión, pero además, siguen siendo las principales víctimas de la violencia intrafamiliar y sexual. Por ello, ad-portas de finalizar la actual administración municipal 2016-2019 presentamos una radiografía de cinco de las seis dimensiones que plantea la política pública para mostrar porque la próxima administración municipal deberá redoblar esfuerzos para cerrar las brechas de género persistentes.

El primer reto pasa por uno de los objetivos de la política en materia de empleo que sugiere disminuir las brechas laborales entre hombres y mujeres en relación con la participación, ocupación, desempleo, ingresos y trabajo decente para la autonomía de las mujeres. El diagnóstico para Medellín y el Área Metropolitana durante 2018 en esta materia nos muestra un saldo rojo pues mientras la tasa global de participación se ubicó en los hombres en 74,7%, en las mujeres se ubicó en 57,3%. Una diferencia que se expresa en la tasa de desempleo que afecta principalmente a las mujeres en un 13,6% frente a un 10,1% en los hombres, mientras la tasa de ocupación se ubicó en 67, 1% en los hombres frente a un 49,5% en las mujeres.

A esta baja participación en el mercado laboral, se suman las brechas salariales, que, aunque se han reducido todavía siguen mostrando que no hay igualdad de ingresos laborales entre hombres y mujeres. Para 2018 en Medellín y el Área Metropolitana las mujeres recibieron 16,5% de ingresos menos de los que reciben los hombres. En el caso de Medellín esta diferencia se ubicó en 13,7%.

De otro lado, persiste una baja contribución a la seguridad social por parte de las mujeres, para 2018 en Medellín y su Área Metropolitana está cobertura al sistema de salud, pensión y riesgos se ubicó en un 54% en las mujeres frente a un 58,1% en los hombres.

Un segundo reto es la educación igualitaria que trabaje como lo advierte esta política en la transformación de contenidos sexistas y discriminatorios que reproducen estereotipos de género, y que alimentan las distintas agresiones y violencias que viven niñas, adolescentes y mujeres en la ciudad. Sin embargo, este trabajo debe ser en doble vía, pues es necesario que las mujeres tengan acceso a oportunidades de estudio, especialmente, a educación superior donde se profundiza la brecha de género en materia de acceso, cobertura (para el caso de los hombres esta es de un 33,2%, y para las mujeres de un 38,5%) y permanencia (la deserción en las mujeres es de un 20% frente a un 19% en los hombres). Lo que nos indica que, si bien las mujeres tienen una cobertura mayor en educación superior que los hombres, son ellas las que más enfrentan barreras a la hora de permanecer, o de acceder a un empleo. Pero también son ellas las que aún empleándose enfrentan diferencias en el ingreso, o trabajan sin garantías que aseguren una vejez digna.

Un tercer reto nos muestra que la vida de las mujeres sigue estando en graves riesgos, y por ello, es urgente que se trabaje en la garantía de la seguridad de las mujeres en frentes que traza la política en materia de: prevención de las violencias basadas en género; fortalecimiento de los mecanismos institucionales para proteger y atender integralmente a las mujeres en riesgo y víctimas, y fortalecimiento de los mecanismos reales y efectivos para el acceso a la justicia formal y no formal. Y es que las cifras nos muestran lo lejos que estamos de ser una ciudad segura para las mujeres cuando observamos que durante 2018 se presentaron 41 asesinatos contra ellas, de estos, 21 fueron tipificados como feminicidios, 8 quedan por establecer y, 13 fueron clasificados como homicidio. Y es que, si observamos, durante los últimos tres años -2016-2018- de las 141 mujeres asesinadas en Medellín, el 57% de los casos correspondió a feminicidios, es decir, mujeres que perdieron su vida, solo por su condición de ser mujer.

A la violencia homicida se suman la violencia intrafamiliar, y la violencia sexual en las que las mujeres siguen siendo las principales víctimas. Para 2018 por ejemplo se registraron 5.000 casos de violencia intrafamiliar, de estos, el 84% de las víctimas fueron mujeres, una trama que también observamos en las víctimas de delitos sexuales pues de las 1.921 víctimas el 85% corresponden a mujeres. Frente a este delito es clave destacar que las niñas y adolescentes siguen siendo las más afectadas por este tipo de violencia, para 2018 por ejemplo de las 1.652 mujeres violentadas 1.403 fueron mujeres entre los 0 y 17 años. Lo que quiere decir que en promedio 3,8 niñas y adolescentes fueron violentadas sexualmente cada día en Medellín.

Un cuarto reto vincula a las mujeres con la construcción de paz con desafíos tan importantes como la promoción de espacios de encuentro entre mujeres y hombres que permita deconstruir una cultura guerrerista y violenta en los ámbitos públicos y privados; fortalecer las experiencias de paz de las mujeres con acciones de reconocimiento y protección a su liderazgo en la construcción de una cultura de paz y reconciliación, y acompañar la implementación de las agendas de paz territorial de las diferentes comunas y corregimientos de Medellín. Tres retos que podrán encabezar espacios claves como el Consejo Municipal de Paz reglamentado mediante Acuerdo 049 de 2017, que tras dos años de retraso fue instalado el 11 de marzo de 2019. Este quedó integrado por 69 representantes de la sociedad civil, siendo las mujeres quienes tendrán la tarea de asesorar la construcción de paz desde una perspectiva de género en la ciudad.

El último reto es la participación efectiva de las mujeres que exige comprometernos con el aumento de las mujeres en los espacios de toma de decisión, así como promover condiciones de formación para que su participación sea autónoma, cualificada y efectiva. Unos retos mayúsculos en nuestra ciudad que, aunque ha venido avanzado en reducir la brecha de participación de hombres y mujeres en cargos directivos al alcanzar para 2018 un 54,2%, la paridad en escenarios de decisión local continúa siendo deficiente si miramos la composición de escenarios como el Concejo de Medellín que tiene 5 de las 21 curules ocupadas por mujeres.

Para trabajar en estos cinco frentes será necesario una apuesta decidida por fortalecer en los planes de desarrollo la transversalización de la perspectiva de género en los programas y proyectos incorporados en este, es decir, ampliar los presupuestos públicos a favor de la equidad. Sobre este punto es necesario advertir que la ciudad paso de vincular dentro de los planes de desarrollo 18 proyectos para las mujeres entre el periodo 2012-2015, a 11 proyectos durante esta última administración -2016-2019-. Lo que quiere decir que los recursos ejecutados por la Secretaría de las Mujeres se redujeron en un 18% al pasar de 53.893.248 a 44.109.691 millones de pesos en el último cuatrienio.

Presupuesto sensible al género ejecutado por la Secretaría de las Mujeres, Medellín 2012-2019

Captura

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Subdirección de Información. Los datos fueron suministrados por la Unidad de Seguimiento al Plan de Desarrollo del Departamento Administrativo de Planeación, quienes, en articulación con Hacienda, consolidan los datos de cierre de vigencia.

Para ampliar información recomendamos revisar el pronunciamiento completo sobre gestión pública local frente al tema de equidad de género en nuestra ciudad, publicado por la Veeduría Ciudadana al Plan de Desarrollo de Medellín.

Descarga el informe completo aquí: Pronunciamiento Mujeres