Alentamos para que las organizaciones étnicas, comunitarias, sociales, culturales, académicas y la sociedad en general presione los espacios que se abran para la construcción de esta política nacional de educación rural.
En mi opinión, en Colombia no sería posible refrendar el Acuerdo de Paz en Cabildos Abiertos porque mucha gente anda armada, alicorada y pulula la escorrentía de billetes espurios de gentes raras que se alebrestan cuando se anuncia la gallera política.
El enfoque de género previsto en la negociación busca posibilitar la participación de las mujeres e incorporar la perspectiva de género en los acuerdos como una manera de aportar realmente a la consolidación de una paz duradera.
El Acuerdo de Paz tiene en el centro de sus preocupaciones la garantía de los derechos de las víctimas.
Como organización de la sociedad civil, nos comprometimos con un ejercicio comunicativo y pedagógico sobre el cual hoy es necesario reflexionar.
Hay un hondo problema en nuestra cultura política, cuando la capacidad de indignación parece adormecida en una parte amplia de la población. Este es el terreno abonado de las dictaduras y los autoritarismos.
Los momentos de incertidumbre suelen ser también propicios para el despliegue de nuevas ideas, la creatividad y el encuentro. ¡Hagamos del momento una oportunidad para dar un paso adelante!
El pasado 18 de julio, la Corte Constitucional declaró exequible la convocatoria de un plebiscito para que la población colombiana se pronuncie sobre su apoyo al acuerdo de paz logrado entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc luego de casi cuatro años de arduas negociaciones. Respaldar la determinación de consultar a la ciudadanía es una decisión política para rodear de legitimidad lo acordado, pues reconoce que se trata de un componente fundamental para pasar a la implementación de los acuerdos.